El cerebro no funciona igual que un ordenador, es bastante más complejo que un código binario. Hemos inventado el lenguaje para comunicarnos, pero creo que hay cosas que no somos ni capaces de expresar.
En estos días se ha generado un alarmismo con el famoso Coronavirus, una cortina de humo para que volvamos a tener la famosa crisis del 2020. Política y macroeconomía aparte, con sus estrategias propias, por mi parte cambiaría con los ojos cerrados el Coronavirus por mi ansiedad.
El que no ha sufrido jamás ansiedad, pensará que estoy loco, como puedo decir algo así..
Pero siendo realista la ansiedad es una epidemia silenciosa en nuestra sociedad, desconozco el porcentaje, pero lo que no se puede ver siempre duele más. Es como la radiación nuclear, no la ves pero lo mata todo.
No se habla demasiado y lo peor de todo la mayoría de gente ni lo entiende, porque tampoco quiere entender nada. Es un problema que se sufre internamente y puede derivar en muchos problemas de salud. Es solo un aviso de tu cuerpo, puedes acabar con depresión, con tu cuerpo destrozado, con baja autoestima, con miedo y rabia e impotencia por no saber como salir de ella.
La cara bonita que das puede tener una sonrisa, porque te educaron para ello, siempre es mejor ser positivo y todas las demás cosas que todo el mundo sabe. Ahora la realidad interior puede ser muy diferente, cada situación se vuelve un desafío estresante, la inseguridad te domina, la oscuridad te envuelve y el futuro es muy incierto.


No se pueden eliminar archivos, ni moverlos a tú antojo. Los humanos somos imperfectos por naturaleza y eso nos hace geniales, pero cada uno tenemos nuestro propio manual. Pero poca gente se lee los manuales antes de empezar, es mejor aprender con la experiencia, pero eso en sociedad no es tan fácil porqué no todo depende de ti, a veces la suerte te sonríe y te pone el camino que te apetece, pero otras veces cambia de bando y te tira a la cuneta…
Recuperar autoestima y seguridad para ver un camino claro. Pero eso no se puede fijar en un calendario, como te fuiste del camino un día volverás a retomarlo con claridad. Intenta disfrutar del desvío, sigue sin perder eso puntos que te mantienen en equilibrio y que te puede ayudar a sentirte mejor.
No sirve de nada pensar que alguien lo tiene peor que tú, porque no es un problema visible, solo tú sabes que te pasa, no siempre podrás transmitir ese malestar por muy buen comunicador que seas. Las palabras no llegan a todo, aún quedan sentimientos por describir.
No es ser egoísta, si no estás bien contigo, todo deja de tener sentido. El mundo sigue girando pero tú pequeño universo está colapsado y necesita recuperar su ciclo para integrarse en el mundo que te tocó.
Puedes desear escaparte, pero por más que corras no te despegarás de tu sombra. Puedes volar lejos, que tú sigues ahí, sólo tú tienes la solución.
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Abrazar la sombra, pararse para respirar profundo y escucharse. Aceptarse y seguir caminando por el lado soleado.
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Buen consejo
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