Ya tenemos una vez más el horario de verano, ya queda poco para que esto se acabe, pero ahora mismo el mundo vive un situación aún más extraña.
Imagina que en esa hora pudiésemos hacer lo que realmente queremos, liberarnos de todas las obligaciones y prejuicios, volver a seguir a nuestro instinto animal, fuera de la lógica que nos han creado. Fuera del orden establecido. Ni positivo, ni negativo, fuera de todo…
Piensa, que aún el pensamiento es libre, nos influyen pero aún queda cierto margen.
El tiempo no se detiene por la estupidez humana, la tierra esta por encima de nuestra simplicidad.

Personalmente me gustaría visitar muchos lugares y vivir fenómenos meteorológicos que no lo he visto en persona.


Una hora de libertad, sin presión, recuperar nuestro sistema inmunológico de el estrés que le sometemos, de todas las cosas que no queremos hacer, pero nos obligan a realizar.
Entender que saber no hacer nada y estar tranquilo es más difícil de lo que parece. Desconectar de toda la realidad que no aporta nada a nuestro interior.
Ser egoísta y vivir contigo esa hora y darte cuenta que eres un desconocido. Nunca te escuchas, no te dejas ni hablar, olvidas los avisos que te envío…
La vida pasa como el tiempo y son pequeños detalles los que hacen que sea memorable. No puedes elegir esos momentos, pueden ser los mejores, aunque no sea el momento adecuado.
Vacío mental del exterior, solo contigo, con tus miedos, viaja, vive donde o cuando te apetece.

No perder el norte, la cordura. Todo es relativo en este mundo de locos, no puede ser que nos hagan el camino los que nos ponen zanjas en el para caer.

Confusión que domina en muchos momentos de incertidumbre