Porqué una imagen vale más que mil palabras…
Gracias a mis fotógrafos particulares que me envían grande fotografías de su confinamiento en los Pirineos.
La naturaleza es la que mejor valora esta pequeña pausa de masificación, sumado a un 2020 que se está comportando generosamente en precipitaciones.
Es hora de plantearse en que hay que disfrutar lo que tenemos a mano, que a veces más es menos…
Toda la tecnología que tenemos, ya sabemos que es genial pero a la vez es un veneno, en definitiva como el dinero. Las cosas buenas, no siempre lo son en exceso, hay que saber manejarlas.
Hay ciertos aspectos sociales que no vale la pena batallar, se acaban imponiendo, no vale la pena ir todo el rato contracorriente.
No es falta de personalidad dejarse llevar por dicha corriente y valorar las cosas buenas que nos acerca.

