Los sueños nos hacen sentir cosas que al recordar puede dar vergüenza de explicar, pero es nuestro subconsciente en que todo esta controlado por nosotros.
Ser políticamente correcto hace que rara vez podamos decir lo que realmente pensamos, hace falta filtrar para que sea socialmente correcto.
Durante los sueños las personas no evolucionan, pueden ser otras con diferente aspecto, pero no es una evolución real. Las personas reales a veces nos pueden sorprender gratamente y alejarnos de ciertos prejuicios previos. Las cosas suceden y la realidad es un mundo caótico en que necesitamos enfrentarnos a nuestros miedos. Personas que desde fuera parecen inalcanzables, casi inhumanos, pero no hay que verlo así, el sufrimiento va por dentro, hay que fijarse bien en el mensaje de su rostro.

Soñar despierto para idealizar y adaptarse a las sorpresas que te brinda la realidad. Es un sueño más flexible, aparentemente complejo, pero no con la profundidad e intensidad del sueño nocturno.
Soñar tú propia muerte puede dar una sensación de vértigo que te hace despertar, te aferras a tu vida…

Pensamientos que asustan, sensaciones prohibidas, tentaciones de liberarte y acabar con todo y mostrar cómo eres. Fuera del camino marcado, para crear el tuyo, allí no están todos tan contentos cómo en tus sueños.

Vive el animal que eres, el que no quiere renunciar a jugar, a vivir de manera más simple cubriendo tus verdaderas necesidades básicas.
