La gente necesita una motivación para hacer las cosas por obligación. Años de filosofía y muchos mandamientos han creado una corriente de pensamiento colectiva
Hemos creado el bien y el mal. La culpabilidad, el sentido de la responsabilidad, el famoso sentido común. Todo ello para vivir en sociedad y no movernos absolutamente por instintos. Hemos creado miedos que sólo tienen sentido en nuestra sociedad. Un animal con las necesidades básicas cubiertas no se preocupa por nada más. Tribus demasiado grandes en que el motivo del respeto al liderazgo no tiene siempre demasiado sentido.
Para ello el sistema te ofrece una vía del consumismo nostálgico que hace años que perdura. La infancia y primera juventud si han sido buenas se recuerdan con nostalgia, lo malo se olvida. Con ello cómo se suele decir las modas vuelven, especialmente para esa generación que está en plena edad de responsabilidades, con familias para sacar adelante o con un buen status social que le permiten pensar que se merece un premio.
Es necesario ese empuje para esa edad en que ya eres suficientemente mayor para saber cómo funciona el sistema, pero en que estás tan implicado en el que no puedes escapar. Por detrás llegan los jóvenes con ilusión, aunque las otras generaciones no se lo ponen fácil. Por delante una generación que aporta la experiencia, aunque a veces queda un cierto sentido de inmortalidad y se resiste a dejar paso. Olvidar el poder y disfrutar lo que queda, nadie es eterno y el respeto real hay que ganarlo.


Pensamientos de un humilde servidor, nadie tiene la verdad absoluta, es una manera de ver a la sociedad. Soy sincero, aunque muchas veces me toca hacer lo que me pide está sociedad, de momento el pensamiento es libre…

Jugamos a ser dios, creamos el pensamiento crítico, sentido de la responsabilidad y múltiples frenos a nuestro verdadero ser interior. Así que mientras pueda intentaré que mi instinto no muera, aunque solo viva por instante. La culpa es relativa si tú eres tu propio juez..
