Letargo invernal

Me siento como el almendro que en esta ocasión florecerá más tarde con este frío. Me gusta el frío, pero he de reconocer que en la cama se está bien. Levantarse a las 4 de la mañana muchos días, te va agotando. A veces tengo la posibilidad de siesta, pero aún así se acumula cansancio. Después de unas primeras semanas de adaptación a un nuevo trabajo, ahora ya más controlado, te relajas y notas el cansancio.

Pero ya he reservado una semana de vacaciones en Marzo, ya en Abril semana santa y recuperaremos energía con la primavera.

El final del invierno y la primavera me gustan, aunque este año aún centrado en el presente episodio invernal.

Salida para soñar y sepultarse en nieve…

La meteorología influye mucho en mi estado de ánimo, no lo puedo negar. Los años hacen que la vida sea más lineal, ahora no percibo altibajos tan grandes. No quiero subidones que acaben en bajadas mortales, quizás vivo un poco frenado, la experiencia, el miedo, sinceramente no lo sé.

El hielo sigue presente

Sin objetivos ambiciosos, puede que sin sueños imposibles, con los pies en la tierra. No se si puede vivir siempre así, las circunstancias pueden llevarte a perder el control. Humildad hasta para soñar, austeridad al máximo, pero con disfrute exigente.

Ver cada amanecer es bonito, pero descansar también…

Perreria, gandulitis aguda, son males que a veces te acompañan, pero para que estamos aquí…

Obligaciones y múltiples compromisos que no dejan espacio al esparcimiento de un pensamiento libre y de un respirar tranquilo.

Uno mismo esta lleno de contradicciones, la batalla épica de tu persona y la que muestras a esta sociedad.

Si piensas en negativo, todo te ira mal, mejor no sembrar odio. Afirmaciones muy reales para tu personaje social, pero para tu verdadero yo, quizás lleno de pensamientos macabros y con valores que tal vez no puedes compartir. No te dejes llevar, porque puedes ser el malo de la película…

El camino a veces se complica

Reflexiones e inquietudes para compartir, pero tampoco tomar al pie de la letra. Hacer pensar y dudar de lo que no se puede ver, llegar a la consciencia interior, no al personaje superfluo.