Viernes, te relajas y ya aparece la pereza, el cazador paciente que llevas dentro prefiere descansar. No hacer nada es un auténtico placer que ayuda a que descanse la mente cansada. A veces es que hasta el pensamiento de plantearte hacer algo te da pereza, para que luchar con ese instinto de descansar plácidamente. Tantas agendas llenas de obligaciones, deja hueco para hacer lo que te apetece realmente.

Reconozco que a veces me duele esa lucha entre el querer hacer y ver cómo la pereza gana, pero he aprendido que mañana será otro día, ya hay suficientes obligaciones.

Sin claridad mental, un poco agotado y con ganas de descansar. La Primavera en proceso, así que empieza un nuevo ciclo. Esperar el despertar de la naturaleza, después del letargo bien superado.
Fases, etapas pero sin destino, no hay más que el vacío y la oscuridad de la incertidumbre del futuro y lo desconocido.
