Hoy he visitado un molino que aún siendo muy popular, nunca lo había visto. Es una finca privada, pero se permite el acceso con perros atados, porque esta lleno de patos. Este lugar era muy visitado y el bosque adyacente, pero hace unos 30 años que la construcción de la autovía lo dejo encajado entre esta misma y la vía del tren. Tiene unos jardines perfectamente cuidados, hay una placa que certifica un premio ganado.

He ido con Wendy, así que tendré que volver a disfrutar con más calma, la abundancia de patos en un estanque, chorros de agua no es el ambiente más relajante para ella.

Mañana también tenemos intención de movernos un poco por nuestra región sanitaria, lo cierto es que me apetece conducir.
Las infraestructuras nos ayudan a llegar a todos sitios, pero muchas veces son barreras prácticamente insalvables en muchas ocasiones, fronteras inventadas que hacen quedar lugares olvidados entre ellas.


Un lugar perfectamente cuidado, un pequeño tesoro escondido entre infraestructuras.

El paisaje ya empieza a tener tonos más estivales, el calor de estos días y la ausencia de precipitaciones, aunque mañana espero tormenta.
