Tengo sensaciones similares a 2019, fue cuando empezó mis problemas de ansiedad, precedido por una bronquitis que se alargo en el tiempo. Vías altas que cuesta de recuperarse. Toda la semana trabajando y tirando adelante, llega el fin de semana y estoy agotado, así que dormir se convierte en una salvación.
No hay mal que cien años dure, pero esta recuperación es más lenta que otros resfriados más leves. Sin el foco mediático del Covid en mi casa todos hemos pasado bronquitis y bastante fuertes, pero ahora por suerte se puede toser sin problema.
Moral baja, físicamente también más flojo, por suerte no tengo que luchar contra la calor. Espero recuperarme para poder disfrutar de algún baño en río, aunque también hace falta que ellos se recuperen.
Mañana espero una recuperación un poco más activa, caminar un poco más, tal vez intentaré trotar un poco.

Sin profundizar que pasa por mi mente, al final todo esta unido. Respirar bien es vivir bien, una de las bases para poder relajarse y tener cierta paciencia. Si te ahogas, es fácil desesperarse y perder el control, con ello las conclusiones puede ser negativas, siendo el pez que se muerde la cola.

Pasarán unas semanas y me tocarán unas merecidas vacaciones, que en principio no me permiten hacer la escapada que me gustaría, pero seguro que alguna cosa se me ocurre. Desconectar y descansar, volver a ser yo mismo unos días, después sobrevivir a la vuelta.

Recuperar un cierto equilibrio para poder seguir por el camino, un simple tropezón que a veces deja pequeñas lesiones.