Ayer de vuelta a la piscina, tras el Covid me borre de la piscina. No tengo mucho tiempo, pero ahora que las cosas son más normales, es bueno nadar un poco.
Mis cervicales se quedaron bloqueadas, mi cuerpo está un poco tenso muscularmente, pero la siguiente sesión es mejor. La piscina me va muy bien para mantener un buen tono muscular en la espalda y me ahorro fisioterapia.
Hoy ha tocado revisión médica, descubriendo que efectivamente a partir de los 40 se pierde vista de cerca, ya no he conseguido el máximo nivel visual. Ya veremos los resultados de la analítica, me encuentro bien, pero hacia casi 3 años que no hacía ninguna prueba.
Un día extraño, pero he descansado bien. Una buena siesta ayuda a recuperar los excesos de la semana.
Paseo familiar de tarde, por los pocos restos de nieve que quedan en la parte alta, hoy ya con ambiente primaveral con 19,6° de máxima.
Mañana seguramente que me pondré hacer previsión meteorológica, parece que puede acabar interesante este mes.
Me gusta subir para ver las puestas de sol, ya que en el pueblo no existen..

La sierra a Poniente hace que el sol desaparezca casi 2 horas antes, es genial en verano, pero en invierno da un poco más de oscuridad y no hay puestas de sol espectaculares.


No todos los días se hacen grandes reflexiones, hacen falta días de calma para pasar el tiempo aparentemente sin importancia. Esos días que a veces tanto cuesta tener en este ajetreado mundo.
Mañana cumpleaños de mi suegro, así que día familiar, aunque antes toca correr con Rex.
¡Su hijo está aprendiendo a conducir! 🙂
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Si, no se le da mal y le apasionan los coches
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