Oficialmente ya estoy de vacaciones, unos días desconexión con escapada a Madrid. Todo llega y también pasa, pero hay que saborear esos días.
El paisaje ha explotado en una semana de calor. Temperaturas que se normalizan, pero la ausencia de heladas y la lluvia de Febrero ha dado una floración espectacular.

Viajar en primavera es bonito por la variedad de paisajes, a mi gusto mejor que tórrido verano ibérico donde el calor y el ambiente seco domina. Los viajes de semana santa en familia lo demuestran, en estaciones de transición se agudiza la variedad climática peninsular. Las zonas frías la primavera en la vegetación es en Mayo y Junio, por contra en las zonas más suaves ya empieza en Febrero, Marzo. Finales de Abril puedes encontrar casi toda la península verde, Mayo ya empieza a secar un poco más en zonas como la Dehesa.

Esta escapada nos ayudará a conocer un poco de la Sierra de Madrid. Del sistema Central conozco un poco más la vertiente Segoviana, así como la parte más occidental en Cáceres, Avila y Salamanca. Ahora toca el pulmón de Madrid. Me gusta conocer donde se escapan de las grandes urbes. Soy poco urbanita y ahora aún más rural, pero me he criado en Area metropolitana y he chupado mucho Barcelona, así que muevo bien en la ciudad aunque no sea mi zona de comfort.

Explicaré la experiencia, hoy ha tocado un poco de lenguaje de calle, me dejo llevar por la vena metropolitana, yo mismo me defino como un renegado o desertor metropolitano.