Muchos caminan de pie, no lo olvidemos. Me cabrea que el creernos una mierda de raza superior nos da derechos sobre los otros seres vivos.
El mundo rural ya se que tiene una visión de los animales bastante diferente, pero hay que evolucionar y entender que se puede recibir amor de ellos, aunque que entiendo que metido en primera linea del ciclo de la carne tal vez asusta.
Pero no todos los animales pueden ser herramientas de trabajo, prefiero caer en el error de humanizarlos un poco, al fin y al cabo llevan mucho tiempo con nosotros.
Demasiadas leyes que no sirven de nada si no evoluciona el sentido común. Al final el eterno problema de la empatía, de reunirse a dialogar y entender los problemas que conlleva estar en cada lugar.
No tenemos solución de todo, el equilibrio se ha roto, nosotros somos la especie dominante, pero vemos a todas las demás como plagas. Acabas con una, crece otra y la solución es seguir matando. El cazador de las cavernas sigue vivo, pero ahora es un hobby mas, desde hace muchos años.
Subir hacia arriba la pirámide y mayores son las ganas de vomitar y reventar la base.
Espero que pronto recibamos nuestro escarmiento, que la naturaleza haga su selección y demuestre quién es el verdadero cazador. Bacterias con patas, con vuestras mierdas para salir adelante en esta caótico mundo que tenéis montado.
No soy una persona autoritaria, creo en los valores, entiendo que la gente se cuestiona cosas, pero pienso que hay ciertos límites que se tienen que respetar.
Vuelvo a vivir una crisis trascendental, no tengo claro a donde ir, no es fácil escapar eternamente, esto no es una película donde desaparecer. La mochila va contigo, llena aunque no te pongas abrirla.
Si una cosa tengo clara es que mis mascotas son mi familia y me han ayudado muchísimo. Llegar a casa y te reciban como si vinieras de una gran batalla, realmente no tiene precio.
Tal vez no soy el adulto que creía que iba a ser cuando era niño, pero he cumplido en muchas de las cosas, pero no esta todo tan controlado como cuando me pasaba las tardes jugando con mis playmobils. De rodillas en el suelo, inventando multitud de historias y personajes.
La idea de soledad siempre me acompaña un perro y así ha sido, además como siempre con el amor peculiar de los gatos.
El mundo es más cruel que en mis batallas, no hay superpoderes, pero si que hay villanos con un aura muy negra. Como todo niño que se crío en mi época, a veces te enfadas y te gustaría emular la mítica escena de Dragón Ball Z en la saga Freezer y transformarte en súper guerrero.
El niño sigue siempre contigo, es una lastima no escucharlo más a menudo, limitarse a sacarlo para hacer el pallaso en este circo de sociedad, triste concepto de la infancia que nos queda…
No pienso traicionar a mis principios…
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