Un intenso fin de semana en el sur de Galicia, con excursiones y pequeña incursión en Portugal. Zona interesante y frondosa después de los temporales de lluvia Atlántica de los últimos meses. Terreno de montaña pero con pendientes más suaves que en Asturias.
Visitar una aldea abandonada en un Parque Natural transfronterizo, es una ruta atractiva. Conocer la historia de una aldea que no llego la luz, pero que actualmente su acceso en coche no es malo, comprado por la Xunta con proyectos que no acabaron de realizarse, pero el potencial es enorme.
El Sábado un día gélido pero totalmente soleado, perfecto para caminar en invierno.
Desde el 2017 no pisaba Galicia, pero creo que ahora la visitaremos mas seguido. El cambio de punto base nos abre lugares que eran lejanos.
La visita a termas era otro de los objetivos, pero unas romanas se encuentran inundadas en un pantano.
Por suerte si pudimos disfrutar de una piscina termal gratuita. Cerca de la frontera, pero sorprende que todos los bañistas son portugueses y franceses. A veces no se valora las maravillas que tienes en casa, porque una gozada bañarse con este frío.
Fuimos a cenar a un pueblo de montaña Portugués, pero espero algún día hacerlo con luz solar para disfrutar más el entorno, pero aun así agradable cenar en otro país.
Ahora ya con viento sur, una semana aburrida a nivel meteorológico, temperaturas primaverales.
Volveremos a Prado, concejo de Muiños a seguir conociendo su maravilloso entorno.
Ahora vuelta a la rutina del Tren, quedan 7 días de curso, bueno oficialmente el Marte acabo uno y empiezo el Miércoles el otro, pero en la practica son cursos complementarios.